24 de desembre, 2008

Fundacio Alfonso Comín: 25 anys, 25 premis

Aquest és el meu regal de Nadal d’aquest any per als lectors del blog. L’any 1983 una sèrie d’amics i col·laboradors de l’Alfonso Comín, el meu pare, van decidir tirar endavant una Fundació que servís per mantenir viva la seva obra, el seu testimoni, el seu pensament i les seves causes. Durant els darrers 25 anys la Fundació ha complert de manera apassionada amb aquest objectiu, fidel a les idees i a l’exemple d’aquell de qui porta el nom, i ho ha pogut fer fonamentalment gràcies a la seva presidenta, la Maria Lluïsa Oliveres, companya de vida de l’Alfonso -i mare dels seus fills-. Ella ha estat, durant tot aquest temps, l’ànima de la Fundació –i també el cos!-.

Una de les activitats més conegudes de la Fundació és el Premi Internacional que concedeix anualment i que recau en persones, organitzacions o pobles el compromís, la tasca o la lluita dels quals hagin estat afins als de l’Alfonso i que, d’alguna manera, creiem que haguessin despertat el seu recolzament o la seva admiració. El Saló de Cent de la ciutat ha acollit, any rera any, algunes tardes memorables i irrepetibles, gràcies al discurs i a la força d’uns premiats que ens han deixat un record inesborrable. Aquest any, el dia del lliurament del Premi, la Fundació va voler celebrar el 25è aniversari del Premi i de la pròpia Fundació amb un llibre que fa un recorregut pels 25 guardonats i amb un breu power point que recull els 25 actes de lliurament.

Us ofereixo avui, dia 25, el power point dels “25 anys, 25 premis”. Crec que és impossible un missatge de Nadal millor que aquest. Les causes i les persones premiades parlen per si soles. Felicitats Fundació!

Bon Nadal a tots i pau a la terra als homes de bona voluntat. Aquell que acabarà per salvar-nos ja fa temps que va néixer!
Presentació Premi 08 2
View SlideShare presentation or Upload your own.

22 de desembre, 2008

L'homosexualitat i la religió cristiana (1/5)

Comencem avui la sèrie de cinc articles promesa en el darrer post (recordeu que es tracta d’articles publicats a “El Ciervo” entre finals de 2006 i principis del 2007).

Per cert, just ahir el fiscal de Califòrnia i ex governador demòcrata de l’Estat, Jerry Brown, es va pronunciar en contra de la Proposició 8 –l’esmena constitucional que prohibeix expressament les bodes homosexuals. Tot i que expressi la voluntat de la majoria dels electors –ve a dir- viola el dret constitucional a la llibertat: “El procés d’esmena no pot ser empleat per acabar amb drets constitucionals sense una justificació convincent”. Va a ser un argument similar al de l’article que teniu a continuació: contra el què afirmen els conservadors, no és que hi hagi dubtes sobre la constitucionalitat del matrimoni gai, sinó que podem afirmar, sense risc d’equivocar-nos, que la prohibició del matrimoni entre persones del mateix sexe és directament inconstitucional. Brown, com veieu, va més enllà i s’atreveix a afirmar que els drets constitucionals estan per sobre, fins i tot, de la voluntat de la majoria. Bravo, Brown!

(Aprofito també per avisar-vos que, just pel dia de Nadal, aquesta serie mongràfica de cinc articles serà interrompuda per un post diferent, que vol ser el meu particular “regal de Nadal” per tots els lectors del blog.)


No discriminación y ética evangélica

Con permiso del paciente lector, proseguimos con nuestra serie de artículos dedicados al debate entre el catolicismo conservador y las fuerzas progresistas a propósito del matrimonio homosexual. Según las encuestas, son muchos los cristianos españoles, más o menos izquierdas, que están más de acuerdo con la posición de los partidos que votaron a favor de la reforma que con la cúpula episcopal. Muchos de ellos lo están, no en virtud de su ideología más o menos progresista, sino fundamentalmente en virtud de su comprensión y vivencia del Evangelio. Somos muchos los cristianos que consideramos que está más cerca de la moral evangélica la reforma emprendida por el gobierno y sus socios, que la propia postura episcopal. Deshagamos malentendidos, ya sean involuntarios o malintencionados. Esta reforma que permite el matrimonio entre cónyuges del mismo sexo supone, simple y llanamente, acabar con una discriminación, todavía vigente en España, en función de la orientación sexual de las personas.

Hasta ahora el ordenamiento jurídico español prohibía el acceso al matrimonio a aquellas personas que sienten atracción, afecto u amor por otras personas de su mismo sexo. Una discriminación que, de hecho, está en contra de los principios jurídicos básicos de nuestro ordenamiento constitucional (artículo 14), que prohíbe la discriminación “por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social”.

Aclaremos bien este punto. El matrimonio es una unión libremente consentida entre personas adultas, en principio basada en algún tipo de afecto u amor, que deciden cuidar el uno del otro y entablar algún tipo de convivencia. Esto es lo que regulan los artículos 44 a 71 del Código Civil. Léanlos. No forma parte de la institución matrimonial civil la posibilidad de que la pareja pueda “tener hijos biológicos entre sí.” Y esta posibilidad es la única que queda fuera del alcance de una pareja de personas del mismo sexo. Por cierto: una pareja homosexual puede tener hijos conjuntamente por medio de la adopción, pero no hijos biológicos. Igualmente, los miembros de una pareja homosexual pueden tener hijos biológicos –siempre que la naturaleza no lo impida, cosa que nada tiene que ver con su orientación sexual– pero no dentro de la pareja, sino con un tercero o tercera.

Que la legislación no condiciona el matrimonio civil a la procreación biológica entre sus miembros es tan evidente como que los matrimonios entre personas que libremente deciden no tener hijos, o aquéllos en los cuales al menos una de las dos partes es estéril, o aquéllos en los cuales una o las dos partes ya no están en edad de procrear son tan válidos, desde el punto de vista jurídico, como el resto.

Algunos juristas conservadores niegan esta desvinculación entre matrimonio y procreación. Así, hay quien ha hablado de una “institución tendencialmente orientada a la procreación”, o quien argumenta que la procreación debe ser una condición, si no efectiva, sí al menos potencial, del matrimonio. Pero no hay nada en el Código Civil que induzca a pensar así. En los límites que pone esta ley a la institución matrimonial ven aquéllos las pruebas necesarias de su posición.

¿Cuáles son estos límites? La minoría de edad de alguna de las partes, el no consentimiento de una de las partes o el consentimiento bajo coacción, la consanguineidad y la poligamia o la poliandria.

La mayoría de edad tiene que ver con la autonomía moral de los contrayentes, y no con su madurez sexual. La no consanguineidad no indica que la procreación biológica sea condición necesaria de la institución; simplemente garantiza que en caso que la institución sirva a la procreación, ésta evite degeneraciones naturales.

En cuanto al hecho de que el matrimonio tenga que estar formado por dos personas y no más, no tiene por qué indicar complementariedad biológica, sino una cosa más básica como es la complementariedad afectiva (artículos 67 y 68).

El argumento en contra el matrimonio homosexual a nuestro entender más fundado lo expuso, entre otros, un ex presidente del Constitucional, Rodríguez Bereijo, para el cual la Constitución –y, en consecuencia, el Código Civil que en ella se funda– “no establece el derecho al matrimonio sino el reconocimiento de la institución civil del matrimonio”. El artículo 32 de la Constitución sería en realidad “una garantía constitucional para que una institución civil no se pueda alterar o manipular por el legislador ordinario”. Eneste caso, debe entenderse que hay una institución civil que es previa al propio Derecho positivo. ¿Entonces, quién establece el contenido de la misma? ¿La sociedad? ¿La tradición? Perfecto: es la sociedad española la que hoy reconoce, sin mayor problema, la igualdad entre homosexuales y heterosexuales a la hora de quererse y de regular su convivencia. Las tradiciones, en efecto, cambian. Es nuestra sociedad la que ha ampliado su definición del matrimonio, ella la que lo desvincula de la procreación biológica entre sus miembros.

Si lo único que distingue una pareja heterosexual de una pareja homosexual –la posibilidad de la procreación biológica entre sí– no forma parte de la institución matrimonial civil, entonces no hay nada en esta institución que quede fuera del alcance de una pareja homosexual. Todo lo que el Código Civil vigente prescribía hasta ahora para los cónyuges de distinto sexo es perfectamente aplicable a las parejas del mismo sexo. Ningún contenido efectivo del matrimonio civil era inaccesible a las parejas homosexuales, pero esta institución les estaba vedada, única y exclusivamente, en razón de su orientación sexual, hecho que parece atentar contra el principio de no discriminación y de igualdad de todos los ciudadanos. En realidad, lo único que ha hecho el gobierno con esta reforma no es más que acabar con una incongruencia de nuestro ordenamiento jurídico. Si en algún punto la ética cristiana y la ética laica, esto es, la ética civil de una sociedad democrática coinciden es éste: la defensa de la igualdad de derechos y de deberes, y la lucha contra toda forma de discriminación que atente contra este principio.

Por este motivo, diría, deben ser tantos los cristianos españoles que han saludado positivamente la reforma del matrimonio civil, no por ser ciudadanos más o menos de izquierdas, insistimos, sino simplemente por ser fieles seguidores del Evangelio.

EL CIERVO / ENERO 2006

16 de desembre, 2008

Quina Creu! (L'homosexualitat i la religió)

Les darreres setmanes els mitjans ens han proporcionat diversos titulars que tornen a posar sobre la taula el conflicte entre el cristianisme més tradicional i els drets de les persones homosexuals. Primer va ser als EEUU. Entre tanta eufòria per la victòria d’Obama ens va passar desapercebuda la notícia negra de la jornada: els mateix dia de les eleccions presidencials, a Califòrnia guanyaven en referèndum els partidaris de suprimir els matrimonis homosexuals de la Constitució de l’Estat. Un referèndum promogut pels republicans que, com de tots és sabut, compten entre les seves files molts grups cristians neotradicionalistes i ultraconservadors. Pocs dies després, el cardenal Rouco declarava que “habría sido bueno hacer [en Espanya] un referéndum como en California”, s’entén que per revocar els matrimonis gais al nostre país.

Pocs dies després, esclatava la polèmica per les declaracions de la reina Sofia en el llibre de confessions a Pilar Urbano. La reina afirmava “comprender, aceptar y respetar que haya personas con otra tendencia sexual (...) Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión. Es respetable que los homosexuales se casen, pero que a eso no lo llamen matrimonio”. Molts van jutjar les paraules de la reina com l’opinió previsible d’una dona de la seva generació, formada en la moral catòlica tradicional. Per la meva part, ja vaig dir en el seu moment que si les objeccions de la reina se centren només en el nom, ja tenim molt guanyat. Sens dubte, és una posició molt més avançada que el cardenal arquebisbe de Madrid!

Per últim, fa a penes uns dies ens assabentàvem esparverats que el Vaticà s’oposava a una proposta de l’ONU per despenalitzar l’homosexualitat. D’acord amb el resum d’un diari digital: “Criminalizar a los gays es malo, pero despenalizar la homosexualidad es peor. Así ha respondido el Vaticano a la propuesta francesa para que la ONU abogue por la despenalización de la homosexualidad en el mundo. Celestino Migliore, observador permanente de la Santa Sede, rechazó la iniciativa de Francia (en nombre de la Unión Europea) para que Naciones Unidas obligue a determinados países a dejar de considerar como delito las relaciones entre personas del mismo sexo.” Una actitud molt cristiana la del Vaticà, sens dubte! Les organitzacions gais de tot el món s’ha manifestat aquests dies, carregades de raó, contra la jerarquia de l’Església catòlica, per fer pinya a l’ONU amb els països islamistes que encara avui castiguen l’homosexualitat amb la pena de mort.

El cristianisme conservador té una fixació amb la sexualitat en general i amb l’homosexualitat en particular. Es tracta d’una veritable heretgia moral... entre d’altres coses, als Evangelis es parla molt poc de sexe i, en canvi, es parla molt de rics i pobres. Pel que fa als homosexuals, és sospitosa la pertinàcia del Vaticà a no entendre que allò que compta per a qualificar les relacions de parella -al menys pel que fa a la moral evangèlica- no és el gènere dels seus membres, sinó l’amor genera, mou i recrea la relació. Algun dia, els nostres bisbes i cardenals, si deixen de reduir les relacions a la seva dimensió estrictament genital, ho entendran, no en tinc cap dubte.

Aprofitant que el tema torna a estar sobre la taula, he recuperat una sèrie d’articles que vaig dedicar a aquest tema –el conflicte entre els drets dels homosexuals i el cristianisme tradicional- a la revista El Ciervo ara ja fa dos anys. Realment, alguns no han avançat gaire des de llavors. Per sort, el què sí avancen són les lleis, que al final és el que més compta.

Són cinc articles i els aniré publicant al llarg d’aquesta setmana i la que ve. (Aviso que no vindran en l’ordre original de publicació). Avui, només us els presento, en forma de pregunta:

1. Si la prohibició del matrimoni homosexual era una discriminació jurídica, perquè els bisbes hi estan a favor, si se suposa que l’ètica cristiana rebutja tota forma de discriminació?

2. Per què els matrimonis homosexuals s’han de dir “matrimonis” (i no “contrato de unión”, tal com reclama la reina)?

3. Per què la jerarquia catòlica (a Espanya, però no només a Espanya) no acaba d’assumir que no té cap dret a dictar les normes civils?

4. Per què no hi ha bisbes i cardenals que defensin posicions cristianes progressistes? Per que defensen les seves posicions en matèria de moral sexual com si es tractés de “doctrina revelada”?

5. Hi ha qui diu que no pot haver-hi matrimoni sense complementarietat. Cap problema, però... la complementarietat entre dues persones passa per la diferència de gènere?