28 de juliol, 2006

El debate sobre el laicismo

Desde las páginas de este mismo blog, mi amigo José Luis, me conminó ya hace unas semanas a publicar un artículo, largo y a ratos hasta denso, sobre el laicismo. De hecho, este ensayo fue un encargo suyo, para la prestigiosa revista italiana “Gli argomenti umani”, uno de los principales foros de pensamiento de la izquierda de nuestro país amigo.

En Italia, con la llegada de Ratzinger, sin duda un intelectual de valor, el debate sobre el laicismo se ha reavivado extraordinariamente. Para la izquierda, creo sinceramente que se trata de un camino en la cima de un desfiladero: si lo transitamos sin atención podemos despeñarnos con facilidad. Aquellos que venimos de la tradición del socialismo cristiano, o del cristianismo socialista, hemos creído tradicionalmente cosas tan extrañas como que, por ejemplo, la religión es una fuente de inspiración insustituible para el pensamiento revolucionario, y una fuente de motivación imprescindible para la ética de la solidaridad. O que la religión tiene un papel que jugar en el espacio público y que tiene una dimensión colectiva, y que por lo tanto seria un error relegarla al espacio privado o considerarla un asunto meramente individual.

Como se puede imaginar, los cristianos de izquierdas tenemos un doble combate. Contra el cristianismo conservador, representado por el actual papa, de quien creemos que no respeta en toda su profundidad la autonomía de la moral respecto de la Iglesia y que no ha asumido los desafíos que la modernidad y la democracia suponen para esta vieja institución. Y contra aquella izquierda que, sin darse cuenta a veces, hace del laicismo un fundamentalismo y clama al cielo cada vez que lo religioso aparece en el espacio público (ya sea en su versión conservadora o en su versión abierta, progresista, dialogante, no dogmática ni sectaria).

Ricardo Terzi hizo un artículo, precioso, sobre el laicismo para “Gli argomenti umani”, que entraba al trapo del desafío ratzingeriano. Ratzinger, denuncia, reclama una reconfesionalización de la sociedad europea, con el fin de salvar su sustancia moral. Mi amigo José Luis, entre ducados y ducados, pensó que era necesario un debate entre un hombre de izquierdas laicista como Terzi y algún hombre de izquierdas cristiano, a propósito de este asunto tan importante para el discurso progresista de hoy. Me lo propuso a mí y, la verdad, me sedujo con facilidad. (Y yo no le pedí a cambio ni siquiera un cartón de tabaco, a diferencia de lo que sí hace él, según ha confesado públicamente.)

Terzi, por lo tanto, encontró mi réplica en un largo texto de cerca de veinte páginas, que se publicará próximamente en italiano en la “Gli argomenti umani”, junto a su artículo original. A su tiempo, Terzi ha escrito ya una contrarréplica a mis argumentos, que está a la espera de una segunda réplica mía, todavía por escribir.

Soy poco proclive a colgar ensayos con una cierta profundidad intelectual en el blog. Entiendo que es un buen soporte para los artículos de consumo rápido, sobre actualidad política. Pero lo encuentro más forzado para lanzar al ciberespacio textos de pensamiento. Sin embargo, dado que llega el verano, los bloggers nos merecemos un descanso y el público en general dispone de más tiempo para leer, me parece una buena idea colgar la versión castellana de mi réplica a Terzi. Así lo hago y con ello satisfago los deseos de mi amigo, el de los ducados. Quién sabe si algún día tendré que pedirle prestado un cigarro.

FRENTE AL DOGMATISMO, ELOGIO DE LA CRÍTICA, NO DEL RELATIVISMO (clica para descargar el texto en pdf)