29 de desembre, 2005

Un dilema histórico para el PSOE

En cuanto el tripartito catalán ha hecho pública su propuesta de financiación, se ha abierto la caja de los truenos. La respuesta del gobierno fue dual: por boca del vice-presidente económico se mostró cierta disposición a estudiarla, por boca de la vice-presidenta se expresó un claro desacuerdo inicial. Por el lado de los barones autonómicos del PSOE, ha habido de todo; alguno, incluso, ha elegido el insulto como registro literario para valorar la propuesta.

Tiempo tendremos para demostrar, en próximas columnas, que todos y cada uno de los puntos de desacuerdo tienen solución. Pero hoy no nos queremos centrar en los detalles de esta negociación, sino en el contexto político en el que se desarrolla. El PSOE, y a su frente Zapatero, están ante una decisión de una envergadura histórica que todos deberíamos ser capaces de reconocer.

Si el PSOE no es capaz de dar satisfacción a la propuesta del tripartito catalán –que en ningún caso es un trágala, sino una base para negociar- pondrá al PSC en una tesitura política muy difícil de cara al futuro inmediato. Maragall se lo ha jugado todo en este asunto, y un “niet” de Madrid sería letal para él, para su partido y, de manera inevitable, para el Govern.

Así las cosas, muy probablemente quien sufriría un mayor castigo electoral, en las siguientes elecciones autonómicas, sería el PSC. Lo cual podría dejar el Parlamento catalán en manos de una mayoría de nacionalistas de derechas e independentistas de izquierda, ERC y CiU. Una mayoría que podría durar mucho rato. Porque ERC ha sido muy clara en su apuesta por el federalismo del PSOE: la contemplan como una opción instrumental, a la que serán leales exclusivamente en función de los resultados que proporcione para Catalunya, pero no de manera incondicional.


¿Quién nos puede asegurar que la deriva más lógica de un hipotético gobierno de ERC y CIU, que tiene en el soberanismo su denominador común, no será intentar tirar adelante un “plan Ibarretxe” a la catalana, con su filosofía medio confederal, medio independentista?

Dicho en plata, la cosa puede ir por pares. Los vascos llevan tiempo, desde el 14-M, mirando de reojo la “vía catalana” de reforma del Estatut. Si sale bien, es muy probable que esta pase a ser su referencia básica para encauzar el problema político en el que están metidos. En cambio, si el modelo catalán fracasa por un exceso de inflexibilidad del PSOE, la cosa será al revés: serán los catalanes (ERC y CIU) los que muy probablemente se apunten al modelo vasco, en versión “plan Ibarretxe”, que a su tiempo podría perfectamente ser desempolvado del cajón en el que hoy está metido. No olvidemos que PNV-EA-EB-Aralar-PCTV harían una clara mayoría en Vitoria.

Que la cosa va por pares quiere decir que en España, en breve, podemos encontrarnos o bien con dos “vías catalanas”, la catalana y la vasca, o bien con dos “planes Ibarretxe”, el vasco y el catalán. ¿Qué le es más difícil al PSOE, gestionar una propuesta de financiación como la catalana, que puede parecer costosa a corto plazo, pero a medio plazo resuelve un problema histórico? ¿O rechazarla, para evitarse un problema a corto plazo, pero generando a medio plazo uno mucho mayor?

Si abordamos el asunto con auténtica visión histórica, con altura de miras, la respuesta está clara. Lo que propone el tripartito catalán es federalismo (fiscal) en estado puro. Ni más ni menos. Ocurre, sin embargo, que en España el federalismo suena siempre a otra cosa. Es un problema de oída, para el que seguro que habrá pronta solución.

El Mundo Catalunya